martes, octubre 15, 2024
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Vitaminas para el cerebro

Vitaminas para el cerebro

Como cualquier otro órgano, el cerebro necesita alimentarse con micronutrientes para prevenir enfermedades degenerativas. La vitamina B12, entre otras vitaminas, es clave para la función cerebral y, por consiguiente, para nuestra salud mental

¿De verdad existen nutrientes o suplementos alimenticios que influyen en nuestra energía mental?

Lo que nadie pone en entredicho es que una adecuada nutrición resulta esencial para el desarrollo de nuestro cerebro y, por consiguiente, la mejora del rendimiento académico.

La salud y el bienestar del órgano de la sabiduría, el más complejo y “mandón” de todos, está subordinado a la práctica de ejercicio físico, un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales.

Entre los nutrientes que se asocian con la capacidad intelectual destacan los archiconocidos ácidos grasos omega 3 y minerales como el hierro, el fósforo, el zinc y el yodo.

Por su parte, las vitaminas B, C, D y E desempeñan un papel crucial a la hora de mantener saludable el sistema cardiovascular, mejorando la circulación sanguínea y minimizando el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.

Vitamina B12:

De todas las sustancias implicadas en las funciones cerebrales sobresale una vitamina cuyo déficit suele ser frecuente en personas de edad avanzada o en vegetarianos: la vitamina B12.

Según investigaciones científicas, aunque recientemente en entredicho, las vitaminas del complejo B, especialmente la B12 o cobalamina, podrían prevenir enfermedades degenerativas del cerebro como el alzhéimer.

La deficiencia o la falta de vitamina B12 en la dieta podría traducirse en la pérdida de células cerebrales y el desarrollo de problemas cognitivos.

Después de examinar los niveles de vitamina B12 a través de análisis de sangre, realizar pruebas de memoria y medir el volumen cerebral y otras señales de daño cerebral por resonancia magnética al cabo del tiempo, los científicos han comprobado que los individuos con menores índices de B12 tenían una puntuación más baja en los test cognitivos y un menor volumen cerebral.

Entre los alimentos ricos en vitamina B12 destacan, por un lado, los de origen animal (salmón, hígado, vísceras, huevos…) y, por el otro, de origen vegetal (levadura de cerveza, cacahuetes, garbanzos, lentejas, frutas, setas…).

Dado que el déficit de esta vitamina puede afectar al cerebro y al sistema nervioso, se recomienda la ingesta de alimentos fortificados o la suplementación de B12 en personas mayores de 50 años y en dietas vegetarianas.

Vitamina C:

La vitamina C estimula la síntesis de colágeno, una proteína que refuerza la piel, los dientes, los huesos y los vasos sanguíneos.

Este potente antioxidante tiene la misión de proteger a las células del daño que ocasionan los radicales libres.

Si deseas beneficiarte de él, lo encontrarás, principalmente, en frutas (especialmente cítricos: guayaba, kiwis, naranjas, limones, pomelos…),, verduras y hortalizas (pimiento, espinacas, coles…).

Vitamina D:

La vitamina D participa en la absorción intestinal y el mantenimiento de los niveles de calcio y fósforo. También es indispensable para el desarrollo cerebral de los bebés durante el embarazo.

Las principales fuentes dietéticas de vitamina D son los lácteos enteros y los pescados azules, junto con la yema de huevo y otros alimentos enriquecidos como los cereales de desayuno, las margarinas o las bebidas vegetales.

Sin embargo, nuestro cuerpo tiene la capacidad de sintetizar vitamina D cuando la piel se expone directamente a la luz solar.

Vitamina E:

La vitamina E, presente en los aceites vegetales, frutos secos, verduras, frutas, cereales, aves de corral, etc., podría retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo que padecen los afectados, tal y como afirman determinados estudios.

Aunque son datos positivos, hay que tomarlos con cautela porque es necesario realizar nuevas investigaciones con el fin de comprobar los beneficios de este micronutriente en distintas dosis y en combinación con otros fármacos.

Más vitaminas:

El ácido fólico (también conocido como vitamina B9), la vitamina B6 y la vitamina B12contribuyen al mantenimiento de la función cerebral y son fundamentales para el sistema nervioso y la memoria.

Las vitaminas del complejo B intervienen en la síntesis de sustancias que regulan el estado de ánimo, como la serotonina y la dopamina.

También regulan la concentración de homocisteína en la sangre, un aminoácido asociado a un mayor riesgo de enfermedad coronaria y vascular cerebral.

Existen evidencias de que un elevado nivel de homocisteína puede causar daños en la capa interna de las arterias y favorecer la formación de coágulos sanguíneos.

 

Salud y Bienestar:

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